La reunión había comenzado y las gentes empezaban a llenar la sala de rumorosas risas y carcajadas. Se entretejían historias y hablan en vos alta de miles de palabras que hacen volar la imaginación de los presentes y nos llenaban el alma y la memoria de momentos casi prediseñados, directamente importados de la mente de aquel que estaba a la cabecera de la mesa redonda, capaz de relatar en instantes, vidas llenas de colores y de una imaginación infinita, - una característica de nuestro grupo de amigos-.
Todos somos increíbles artistas del arte de la narración de eventos que todos hemos vivido, pero que nos encanta recordar y contar como si fuera nuevo, algo que paso apenas ayer.
Todo esto se daba en cualquier lugar, departamento, casa, café o sitio, eso sí, cerca de las candelas, de los cigarrillos y algunas cervezas que ayudan a ponerle un cierto acento a nuestra forma de ser.
En esos momentos, cuando ya la noche esta caliente y no queda mas que reír y reír, nos alejamos poco a poco y terminamos sentándonos juntos y empezamos a escapar de la realidad, a hundirnos en eso que llamas universo paralelo, solo nuestro –suena egoísta, pero así es- y nos encanta transportarnos a ese espacio casi perdido, casi estúpido, donde todos trataban de comprender y leer en nuestras caras la razón a la que jugábamos: aunque sea una señal para enlazarnos de nuevo en el ritmo de la reunión, pero es inútil, realmente en vano, ya estamos perdidos, nos fuimos volando y no queremos regresar; estamos bien, no nos extrañen, sigan disfrutando tranquilos, buenas noches, provecho y claro adelante cojé los que necesites para eso están en la mesa.
Y es que dejamos de entender, casi de respirar, es prácticamente alimentarnos de las palabras que nos decimos: es ver que me vas tejiendo telarañas de historietas que me encantaba enrollarme en las manos; me decías y me hablabas y yo otro tanto que después era otra historia y otra más y otra, hasta darnos cuenta que estábamos perdidos en el país de Alicia, somos espectadores y al mismo tiempo héroes de nuestras propias hazañas.
Algunas veces, nos ponemos en pausa. Algo así como parar el CD de música para escuchar el ruido de fondo y saber que te gusta más: el ruido o nosotros, nosotros o el ruido? Que difícil, pero volvemos a estrellarnos en nuestro mundo y caemos horas de horas en el juego de seguir hablando.
Cuantas cosas interesantes he aprendido con vos, que satisfacción darse cuenta que hay gentes como vos o como yo, es como encontrar el tomacorriente que calza perfectamente con tu enchufe cerebral. Las mismas aplicaciones, pensadas diferente, razonadas distinto, pero al fin y al cabo es la esencia la que cuenta y aunque no nos parezcamos ni un poco yo se que ya te había conocido, o tal vez reconocido, esto es solo la continuación de la tirada de la cuerda.
Podemos quedarnos sentados y darnos cuenta que no comimos, los demás apresurados nos vieron tan ocupados en nuestro mundo que no nos han interrumpido y cuando volvemos de la realidad las puertas se están casi cerrando, alguien acabo mis cigarrillos, se tomaron las cervezas y no nos hemos levantado para ir al baño ni una vez en toda la noche, por Dios: dejamos de ser personas por unas cuantas horas –que hermoso!-, creo que respiramos tan poco, estamos alimentados de la información que cada uno pueda meterle al otro en la cabeza, casi a la fuerza pero así es como nos gusta: tenemos poco tiempo, contra el reloj: apurate decí todo lo que podás y lo grabo casi en piedra!!!
Y no lo hacemos tan seguido, -no que va-, moriríamos de hambre seguramente. Imaginate quedaríamos mentalmente agotados, casi secos y la sangre no es lo que llena nuestros cuerpos.
Thanks Fla
2 comentarios:
Esta historia es un transportar el aquí y el allá. La locura y la realidad. Arriba y abajo. No encuentro una forma para definir lo tanto que me gustó...y se vé que fue inspirado "en hechos reales"! Excelente.
Bueno,parece interesante eso que hacemos!!!!
Love U
Yo
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