Muchos años después...

Ya hace mucho que transformé mi odio en resentimiento y luego en recuerdo. Después de mucho tiempo, mis penas terminaron por rendirse al olvido y como si nunca hubieran existido, terminaron también por desaparecer.

Hace mucho tiempo que una nueva luz adornó el frente de mi hogar y superó por mucho, todas las bombillas de mala calidad que insistía yo en colocar una y otra vez, con la única intensión de ver mi casa bonita, completa, feliz.

Hoy es un día especial para alguien que fue especial para mi; hoy, tanto como ayer tuve claro mi posición ante las separaciones y ese alguien sigue (supongo) en sus posiciones de olvido total, sin pensar que tratar de olvidar significa no hacerlo nunca.

Una vez que tuve claro eso, yo me entregué al tiempo y me dejé llevar por sus matices, me llevó muchas veces al odio, otras al llanto, otras veces me permitió libertad de movimiento y hasta me permitió rehacer mi camino, esta vez mucho más intenso, mucho más claro y sobre todo, mucho más verdadero.

Hoy, feliz como estoy de tener nuevamente mi casa ordenada, mucho más vistosa y más acogedora, me atrevo a enviar mis pensamientos hacia un punto en el espacio, ese punto en donde se encuentra ese alguien que quizás el tiempo ayude de la misma manera que a mi. Tal vez, solo tal vez, le permita el tiempo la misma libertad de movimiento y le permita incluso llorar, pienso que mucha falta le hace algunas veces, pues detrás de esa máscara fría y calculadora, no hay más que un ser humano.

Hoy, me tomo un tiempo para pensar en alguien que nunca leerá estas líneas; estas líneas que me permiten pasar nuevamente una página en mi camino evolutivo y personal.

Salud! donde quiera que estés...