Estoy en el medio de 5 hermanos, soy parte de los mayores y soy parte de los menores y eso tiene muchísimas ventajas, pero algunos inconvenientes.
Ser parte de los mayores te da importancia (sobre todo con los menores), te da un cierto carácter de responsabilidad y te permite explotar el "ser supremo" que tenés dentro, te da autoridad, te enseña que la vida no es solo jugar y te eseña que también, es para tomar decisiones y para opinar.
Ser parte de los menores te permite relajarte, te permite convertir tu día en un juego simple.
Ser una familia grande supera, por mucho, la soledad. Y lo supera porque no se tiene tiempo para estar a solas. Tenés que volver tu creatividad, una opción de supervivencia. Algunas veces necesitás hasta los rincones más extraños para hablar con tu interior y algunas otras, necesitás los momentos más escasos para perder de vista a tus hermanos.
Algunas otras veces necesitás para vos, a tus viejos. La creatividad entonces, va desde una simple sonrisa para pedír un abrazo hasta un llanto provocado en medio de la noche para pedir un campito en el centro de los dos.
Otras veces te portás bien, no te ensucias, no peleas y hacés tus tareas y algunas te portás lo peor posible y volvés a casa más sucio que nunca con tal de llamar la atención de tus papás por encima de tus hermanos.Yo valoro mucho mi soledad, quizás porque pocas veces la tuve en mi infancia.
Pero hace poco que he vuelto a vivir cerca de mi familia, entonces he tratado de recuperar una gran cantidad de años con sus actos de los que me he perdido por estar saboreando esa soledad que tanto me hizo falta y que mucho me daba para aprender.
El caso es que mis viejos, distinto quizás a como ocurría antes, ahora se pelean por robarnos un poco de nuestro tiempo y yo he regresado conciente de esa necesidad, más por derecho propio que por intuición y me aprovecho.
Ahora, libre de competencia (mis hermanos todos han formado sus propias familias), los tengo solo para mi, solo para mi sus conversaciones, solo para mi sus necesidades, solo para mi su interés.Pero no es siempre, porque seguimos siendo una familia de 5 hijos con su correspondiente descendencia, por lo tanto ahora mi competencia son los nietos.
Da igual, ahora siento que están más conmigo que antes. Eso se debe quizás al hecho de que ahora mi tiempo es menos para mi y más para ellos. Entonces me sorprendo provocando aquellas historias repetidas de cuando se conocieron, de cuando nacimos, de cuando crecíamos y los veo a ellos pidiendo la palabra, robándose la palabra el uno al otro y algunas (muy pocas) cediendo la palabra, o corrigiéndose o riéndose o quizás hasta descubriendo mentiras piadosas de las que siempre fuimos víctimas.
Añoro tanto esos días en los que eramos los cinco quienes escuchábamos, pero para honorar a la verdad, me alegra repetir, solo para mi....esas conversaciones que me se de memoria.
Ser parte de los mayores te da importancia (sobre todo con los menores), te da un cierto carácter de responsabilidad y te permite explotar el "ser supremo" que tenés dentro, te da autoridad, te enseña que la vida no es solo jugar y te eseña que también, es para tomar decisiones y para opinar.
Ser parte de los menores te permite relajarte, te permite convertir tu día en un juego simple.
Ser una familia grande supera, por mucho, la soledad. Y lo supera porque no se tiene tiempo para estar a solas. Tenés que volver tu creatividad, una opción de supervivencia. Algunas veces necesitás hasta los rincones más extraños para hablar con tu interior y algunas otras, necesitás los momentos más escasos para perder de vista a tus hermanos.
Algunas otras veces necesitás para vos, a tus viejos. La creatividad entonces, va desde una simple sonrisa para pedír un abrazo hasta un llanto provocado en medio de la noche para pedir un campito en el centro de los dos.
Otras veces te portás bien, no te ensucias, no peleas y hacés tus tareas y algunas te portás lo peor posible y volvés a casa más sucio que nunca con tal de llamar la atención de tus papás por encima de tus hermanos.Yo valoro mucho mi soledad, quizás porque pocas veces la tuve en mi infancia.
Pero hace poco que he vuelto a vivir cerca de mi familia, entonces he tratado de recuperar una gran cantidad de años con sus actos de los que me he perdido por estar saboreando esa soledad que tanto me hizo falta y que mucho me daba para aprender.
El caso es que mis viejos, distinto quizás a como ocurría antes, ahora se pelean por robarnos un poco de nuestro tiempo y yo he regresado conciente de esa necesidad, más por derecho propio que por intuición y me aprovecho.
Ahora, libre de competencia (mis hermanos todos han formado sus propias familias), los tengo solo para mi, solo para mi sus conversaciones, solo para mi sus necesidades, solo para mi su interés.Pero no es siempre, porque seguimos siendo una familia de 5 hijos con su correspondiente descendencia, por lo tanto ahora mi competencia son los nietos.
Da igual, ahora siento que están más conmigo que antes. Eso se debe quizás al hecho de que ahora mi tiempo es menos para mi y más para ellos. Entonces me sorprendo provocando aquellas historias repetidas de cuando se conocieron, de cuando nacimos, de cuando crecíamos y los veo a ellos pidiendo la palabra, robándose la palabra el uno al otro y algunas (muy pocas) cediendo la palabra, o corrigiéndose o riéndose o quizás hasta descubriendo mentiras piadosas de las que siempre fuimos víctimas.
Añoro tanto esos días en los que eramos los cinco quienes escuchábamos, pero para honorar a la verdad, me alegra repetir, solo para mi....esas conversaciones que me se de memoria.
1 comentario:
Me pasó lo mismo, estube un año viviendo con mis padres y para mi fue todo un descubrimiento. Gracias, me has hecho recordar lo importantes que son para mi vida.
Publicar un comentario